Dispongo de 15 minutos antes de ponerme a hacer la cena para dejar por escrito que ayer por fin leí El niño que robó el caballo de Atila de Iván Repila y me pareció una preciosidad. Hacía tiempo que no me sentaba a leer y a olvidarme del mundo, y el viaje al futuro alternativo, medio distópico por lo oscuro de la historia, pero medio utópico por la promesa de revolución final, mereció sin duda la pena. Preciosas palabras “con el coraje de un mar que se desborda, arrasaron los muros que nos silenciaron, recuperando el sitio, tomando la palabra.” Precioso pequeño libro.